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La función hepática anormal es una de las condiciones más cruciales para la salud de su mascota y también una de las más difíciles de reconocer para el propietario. El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo; es responsable de almacenar diferentes tipos de vitaminas y de producir bilis y otras sustancias que ayudan a procesar las grasas y otras células del cuerpo. Sin una función hepática adecuada, su mascota perderá salud. Las enfermedades hepáticas son una de las causas más comunes de muerte entre las mascotas de edad avanzada, aunque pueden afectar a los perros de cualquier edad. Siga leyendo para saber cómo detectar y tratar una función hepática anormal.
Detección de la función hepática anormal
La mejor manera de prepararse y detectar una función hepática anormal es que su veterinario examine el hígado de su mascota de forma rutinaria. Dado que es difícil acceder al hígado directamente, la forma en que un veterinario comprueba la funcionalidad del hígado es tomando una pequeña muestra de sangre y realizando una serie de pruebas. Esta serie de pruebas no es del todo barata, y puede resultar prohibitiva para algunos propietarios de mascotas. Sin embargo, si puede comprobar la función hepática de su mascota mediante un análisis de sangre, es una buena idea realizarlo aproximadamente una vez al año, sobre todo a partir de los 5 años de edad en la mayoría de los perros.
Por lo demás, es una buena idea estar siempre atento a los signos de daño hepático y enfermedad hepática. El daño hepático es difícil de detectar y reconocer porque se asocia a una gran variedad de síntomas diferentes. También hay muchas formas diferentes de provocar una función hepática anormal (es decir, enfermedades de diferentes tipos, dieta, genética, etc.). Algunos de los síntomas más comunes asociados con la función hepática anormal en los perros incluyen:
- Vómitos y diarrea
- Convulsiones
- Letargo
- Cambios de actitud o comportamiento
- Aumento de la sed
- Abdomen distendido
- Ictericia (coloración amarilla alrededor de los ojos, la cara y otras partes de la piel)
De todos estos síntomas, la ictericia es el único que se asocia claramente a los problemas de la función hepática.
Diagnóstico y tratamiento de los problemas de la función hepática
A la primera señal de cualquiera de estos síntomas, es una buena idea que su veterinario eche un vistazo a su mascota. Tendrá que realizar una serie de pruebas para averiguar la causa exacta del problema; en muchos casos, puede tratarse de una enfermedad leve u otra afección que presenta síntomas similares a los de la función hepática anormal.Entre un examen físico, el análisis de los síntomas y una serie de análisis de sangre y orina, su veterinario podrá determinar si la función hepática de su mascota está causando sus problemas de salud.
Los antioxidantes son un gran suplemento dietético para los perros con mala función hepática. En el caso de problemas graves del hígado, su veterinario puede prescribir cualquier número de diferentes medicamentos y suplementos para ayudar a remediar el problema. Consulte a su veterinario para obtener más información.
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