Explicación de los resultados de las pruebas hepáticas caninas

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Los perros que padecen enfermedades hepáticas pueden presentar signos clínicos, pero es obligatorio realizar una prueba hepática para determinar la naturaleza de la enfermedad. Sin embargo, los propietarios de perros no siempre saben lo que implican estas pruebas o lo que significan los resultados. A continuación se enumeran algunas de las pruebas más comunes que se realizan como parte del diagnóstico de las enfermedades hepáticas, junto con una breve explicación sobre los resultados.

Prueba de respuesta a los ácidos biliares

Esta prueba es capaz de revelar las disfunciones hepáticas que se hacen más evidentes después de comer. Más concretamente, esta prueba indica si los niveles de ácidos biliares están considerablemente elevados después de comer. En caso de que los resultados no sean lo suficientemente concluyentes, la prueba de respuesta a los ácidos biliares debe ir seguida de pruebas como un panel de coagulación y una biopsia por ultrasonidos. A veces sólo se observa una pequeña elevación de los niveles de ácido biliar, y en tales situaciones, lo mejor es repetir las pruebas de laboratorio.

Prueba de ácido biliar

El ácido biliar se produce en el hígado cuando se sintetiza el colesterol. Después de que la grasa de la dieta sea procesada por las micelas, que son agregados de moléculas formadas con la ayuda del ácido biliar, éste necesita ser reciclado, y este proceso también tiene lugar en el hígado. Si se detectan niveles elevados de ácido biliar en la sangre, significa que el hígado tiene un problema que le impide reciclar el ácido biliar correctamente.

Niveles de colesterol

Los niveles elevados de colesterol sérico no siempre indican una enfermedad hepática, ya que también son comunes a la pancreatitis, la diabetes y el hipotiroidismo. Por otro lado, los niveles de colesterol sérico muy bajos pueden indicar insuficiencia hepática, un hecho que hace que esta prueba sea una parte importante del diagnóstico de la enfermedad hepática canina.

Biopsia de hígado

Antes de realizar esta prueba, el veterinario debe asegurarse de que su perro no tiene problemas de coagulación de la sangre, ya que el hígado sintetiza algunos de los compuestos utilizados en este proceso. Si la coagulación de la sangre no es normal, existe un gran riesgo de hemorragia grave e incluso de muerte. En estos casos, la alternativa es la biopsia hepática por ultrasonidos.

Enzimología hepática

El objetivo de esta prueba es determinar las concentraciones celulares de ALT (alanina aminotransferasa) y ALP (fosfatasa alcalina), dos enzimas específicas del hígado:

Las mayores concentraciones de ALT se observan en el citosol (líquido intracelular) tras la necrosis de las células hepáticas.

Por otra parte, las concentraciones elevadas de ALP son habituales cuando la bilis no puede fluir desde el hígado hacia el duodeno. Esta condición, que se conoce como colestasis, puede estar causada por factores que se encuentran dentro o fuera del hígado. La colestasis determina una producción elevada de ALP, que se libera en el suero.

Niveles de proteínas séricas

Para evaluar la función hepática es necesario determinar las cantidades de albúmina y globulinas séricas, y si esta función disminuye en más de un 70%, se observará una hipoalbuminemia. Esta condición aparece en animales que padecen cirrosis o necrosis difusa grave.

Los niveles elevados de globulina sérica indican que el sistema reticuloendotelial hepático no funciona correctamente. Por otra parte, los niveles bajos también indican un problema, ya que una gran parte de estas proteínas es producida por el hígado.

Biopsia de hígado por ultrasonido

Este tipo de prueba se prefiere cuando no se puede realizar una biopsia normal por problemas de coagulación de la sangre.Los resultados indican las diferencias entre la colestasis hepática y la post-hepática, así como las diferencias entre la infiltración celular y el agrandamiento homogéneo.

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