agosto 18, 2021

Derivación hepática canina

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El hígado canino desempeña un papel importante en la limpieza de la sangre y la eliminación de los residuos del sistema del perro. La derivación hepática es una afección que se produce cuando un vaso sanguíneo se desvía y evita el hígado. Esta afección puede tratarse con fármacos o con cirugía.

Derivación hepática en perros

La derivación hepática en perros también se conoce como derivación portosistémica o PSS. La condición se manifiesta cuando un vaso sanguíneo que traerá la sangre de otros órganos vitales pasa por alto el hígado. El hígado no podrá filtrar esta sangre y el perro puede tener una mayor cantidad de toxinas, residuos, azúcar o bacterias en la sangre. La afección afectará sobre todo al sistema nervioso y al sistema gastrointestinal. La derivación hepática puede ser una enfermedad heredada o adquirida. Algunas razas de perros, como los Yorkshire terriers, los retrievers y los pastores, son más propensas a desarrollar esta enfermedad.

Causas de la derivación hepática

La derivación hepática en perros es una enfermedad idiopática. Las causas son desconocidas. La enfermedad comienza ya en la etapa de cachorro, o cuando el perro tiene 2 o 3 años de edad.

Síntomas de la derivación hepática

La derivación hepática se manifestará a través de varios síntomas, que serán debidos a la alta toxicidad de la sangre:

  • Letargo
  • Anomalías del crecimiento, si la enfermedad se produce a una edad temprana
  • Confusión
  • Problemas de comportamiento (irritabilidad o agresividad)
  • Estado general de debilidad
  • Convulsiones
  • Vómitos y diarrea
  • Falta de apetito o aumento del apetito, pero sin pérdida o aumento de peso
  • Cálculos renales y vesicales, especialmente si la enfermedad se produce más tarde en la vida del perro

Estos síntomas también pueden apuntar a una hipoglucemia, un traumatismo o una hidrocefalia (agua acumulada en el cerebro).

Diagnóstico de la derivación hepática

La derivación hepática puede diagnosticarse mediante unos análisis de sangre, que descartarán otras posibles enfermedades que se manifiestan con síntomas similares. Los análisis de sangre revelarán si el hígado funciona normalmente. Los niveles de toxicidad de la sangre se incrementarán. Los análisis de sangre esenciales para detectar una derivación hepática son la albúmina, las proteínas, la urea y la concentración de ácidos biliares. También se pueden realizar radiografías y ecografías para ver el tamaño del hígado y detectar la derivación.En los perros con derivación hepática, el hígado será más pequeño de lo normal. Una gammagrafía nuclear también puede detectar la presencia de una derivación.

Opciones de tratamiento

La cirugía es una opción de tratamiento, pero puede no ser necesaria. El veterinario evaluará el estado del perro y determinará si la cirugía es necesaria. En algunos casos, la cirugía puede ser demasiado arriesgada y el veterinario puede recomendar un tratamiento con medicamentos hasta que sea posible la cirugía. El primer paso es cambiar la dieta del perro, de modo que se reduzca la ingesta de proteínas. Entre los fármacos que pueden recetarse están la lactulosa, la neomicina y el metronidazol. Estos fármacos están destinados a absorber las toxinas que normalmente filtra el hígado. Para evitar la insuficiencia hepática, se recomendará la cirugía. La derivación se cerrará, pero el perro debe ser vigilado, ya que la derivación hepática puede volver a activarse.

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