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La epilepsia en perros es más común que la epilepsia en gatos. La epilepsia provoca convulsiones y, durante las mismas, el perro puede perder el conocimiento o lesionarse. El propietario de un perro epiléptico debe conocer esta enfermedad y saber cómo tratarla para evitar posibles accidentes.
Causas de la epilepsia canina
Los perros con epilepsia tienen convulsiones, que son contracciones involuntarias de los músculos. Las convulsiones pueden ser causadas por una intoxicación, un desequilibrio químico o un nivel bajo de azúcar en la sangre; sin embargo, en la epilepsia, las convulsiones son causadas por un tejido cerebral dañado. Este daño puede estar causado por un traumatismo craneal, un tumor cerebral o coágulos sanguíneos. Puede haber un factor genético que cause la epilepsia en los perros.
Las convulsiones en los perros suelen durar un periodo corto de tiempo (menos de 3 minutos), pero pueden durar incluso más; hay que acudir al veterinario en cuanto se note una convulsión en el perro.
Cómo tratar las convulsiones caninas
Las convulsiones se producen sin ninguna señal de advertencia. Una convulsión puede ser desencadenada por una luz excesiva, un ruido (fuegos artificiales, truenos, incluso una televisión fuerte) o el estrés.
Durante una convulsión, el perro comenzará a tambalearse y los músculos comenzarán a sufrir espasmos. El perro puede salivar y la saliva puede convertirse en espuma debido a la respiración forzada.
En otros casos, la mandíbula puede quedar atascada en una posición abierta y parece que el perro está intentando bostezar.
El perro puede rodar de un lado a otro y puede hacerse daño. Por eso hay que colocar unas mantas y prevenir posibles lesiones. Asegúrate de que tu perro no esté cerca de escaleras u objetos afilados.
Baja las luces y deja de hacer ruidos molestos.
El perro puede o no estar consciente durante las convulsiones.
No debes poner la mano en la boca del perro para evitar que se muerda o se trague la lengua, ya que el perro podría morderte.
El perro debería volver a la normalidad después de unos minutos; estará relajado y no mostrará ningún otro signo perturbador.
Opciones de tratamiento de la epilepsia
La epilepsia puede mantenerse bajo control con un fármaco antiepiléptico (FAE) que evitará las convulsiones. Los medicamentos antiepilépticos más comunes son el Fenobarbital y el Dilantin.
Estos medicamentos se recomiendan sólo si las convulsiones son frecuentes (más de una convulsión al mes).
El FAE se administra diariamente y el tratamiento puede interrumpirse si el perro se encuentra bien y no tiene convulsiones. Un perro que está bajo medicación antiepiléptica debe ser monitorizado; se recomiendan análisis de sangre periódicos.
Si las convulsiones son causadas por tumores, los medicamentos antiepilépticos no serán eficaces.
Es importante que registre cada episodio de convulsiones; anote cuándo empezó, qué pudo haberlo causado y cuánto duró. Todo ello puede ayudarte a prevenir futuras convulsiones.
La epilepsia es una condición médica desafiante y no puede ser curada, pero puede ser manejada. Los perros epilépticos que reciben medicación y cuidados adecuados pueden tener una vida larga y saludable.
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