Enfermedad hepática canina

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La enfermedad hepática canina es un término clínico amplio que se utiliza para describir todo tipo de problemas hepáticos en los perros. Dado que los síntomas de la enfermedad hepática no se manifiestan hasta que está en una fase más avanzada, las mascotas a menudo sucumben a la insuficiencia hepática debido a la falta de tratamiento rápido. Es importante conocer los síntomas, las formas y las opciones de tratamiento de la enfermedad hepática para diagnosticar y ayudar a las mascotas enfermas.

Funciones del hígado canino

El hígado es responsable del metabolismo de los componentes de los alimentos que incluyen carbohidratos, grasas y proteínas. También produce la bilis y ayuda a la digestión de los alimentos. El hígado participa en varias funciones del organismo, incluida la desintoxicación de residuos. A pesar de la presencia de una enfermedad hepática temprana, realiza su función junto con otros órganos, lo que dificulta su diagnóstico. Los dueños de las mascotas deben vigilar cualquier cambio en el comportamiento del perro y buscar rápidamente ayuda médica si notan los síntomas.

Síntomas de la enfermedad del hígado del perro:

• Ictericia
• Vómitos
• Diarrea
• Estreñimiento
• Pérdida de peso
• Vientre hinchado
• Aumento de la sed y la micción
• Heces grisáceas

Diagnóstico de la enfermedad hepática canina

La enfermedad hepática en los perros puede desarrollarse debido a diversas causas. Durante el diagnóstico, el veterinario intentará detectar la causa subyacente que está provocando el daño o la insuficiencia hepática. El consumo de sustancias tóxicas, las infecciones bacterianas, las enfermedades hereditarias y los tumores son las causas más comunes de los trastornos hepáticos. Durante el diagnóstico, el veterinario realizará un examen físico para determinar la existencia de un estómago hinchado o un hígado agrandado. Tras una evaluación exhaustiva de los síntomas clínicos, el veterinario realizará un análisis de sangre y orina. Un análisis de sangre detectará la cantidad de enzimas hepáticas y ácidos biliares presentes. Los análisis de orina revelarán niveles elevados de bilirrubina, que se sabe que causa ictericia en las mascotas. El análisis de orina también ayudará a determinar una función renal anormal. A continuación, el veterinario realizará una ecografía abdominal para detectar un agrandamiento del hígado y daños en los órganos internos. Los tumores que se detectan en una ecografía pueden someterse a una biopsia. Aunque las biopsias pueden determinar tumores malignos, no se realizan en todas las mascotas.

Tratamiento de la enfermedad hepática canina

El objetivo principal del tratamiento es ayudar a la recuperación del hígado con medicación y modificaciones en la dieta. Las mascotas que sufren una enfermedad hepática causada por la toxicidad también son tratadas con medicación para suprimir los efectos dañinos de las toxinas y promover la curación. Las mascotas que padecen una enfermedad hepática necesitan fuentes de proteínas, grasas e hidratos de carbono de alta calidad. Los dueños de las mascotas deben evitar el uso de alimentos altamente procesados o que contengan grandes cantidades de productos químicos. Las vitaminas y los suplementos son necesarios para ayudar al hígado a restablecer su funcionamiento regular. Las infecciones bacterianas presentes en el organismo se tratan con un curso de medicación antibiótica. La terapia con corticosteroides también puede ser necesaria para tratar a los perros que sufren inflamación interna y úlceras. Aunque los medicamentos son eficaces para tratar diversas anomalías internas, no deben recetarse en dosis elevadas, ya que resultan contraproducentes para la curación del hígado.

Dado que la enfermedad hepática canina se produce debido a varios factores, lo mejor es determinar la dolencia subyacente y tomar medidas para prevenir la insuficiencia hepática.

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