Eliminación de las vacunas innecesarias para perros

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Vacunar en exceso a su perro puede ser peligroso, y eliminar una vacuna innecesaria puede preservar la salud de su perro y ahorrarle dinero a largo plazo. Algunas vacunas, como la de la rabia, son obligatorias por ley. Otras son muy recomendables. Muchas dependen de su entorno y del lugar donde vive, mientras que otras pueden evitarse si su perro ya tiene una inmunidad natural. Es importante investigar antes de ir al veterinario, para poder tomar una decisión informada sobre las vacunas de su perro.

Dónde vives

La vacunación debe ser relativa al lugar donde se vive. Esto puede determinar si una vacuna para perros es necesaria o incluso efectiva. A veces las vacunas protegen contra una cepa de un virus y no contra otra. Por ejemplo, la leptospirosis varía de una zona a otra, y la mayoría de las vacunas contra esta enfermedad son específicas para cada zona. Del mismo modo, una vacuna contra la enfermedad de Lyme en una zona donde no existe es inútil.

Siempre debe tener en cuenta su entorno y las enfermedades a las que puede estar expuesto su perro. Además, debes comprobar las leyes locales. En algunas zonas es obligatorio que todos los perros estén vacunados contra la enfermedad de Lyme, y esto se debe simplemente a su prevalencia.

La vacuna contra la rabia es la ÚNICA vacuna requerida por el gobierno federal para los perros en los Estados Unidos.

Vacunas combinadas

Muchos expertos desaconsejan que su perro reciba vacunas combinadas. Se trata de rondas de vacunaciones que inoculan a su perro de cuatro a ocho vacunas a la vez. Muchos afirman que se trata de una forma económica y cómoda de administrar todas las vacunas que pueda necesitar su perro. Sin embargo, algunos sostienen que este método se ha relacionado con graves problemas de salud, como muchas enfermedades autoinmunes. Los partidarios de esta teoría creen que la inoculación con múltiples vacunas a la vez estresará al sistema inmunitario para que se rompa antes de que las vacunas hagan pleno efecto.

Las vacunas combinadas siguen siendo muy utilizadas, y la idea de que son peligrosas está relativamente poco aceptada en el ámbito veterinario. Sin embargo, algunos de los que suscriben esta creencia administran cada vacuna con un par de días de diferencia, en lugar de aplicarlas todas a la vez.

Inmunidad preexistente y vacunas tempranas

Es inútil vacunar contra una enfermedad a la que su perro ya es inmune. El sistema inmunitario de los cachorros se desarrolla rápidamente, por lo que es conveniente realizar una prueba de titulación antes de la vacunación y puede ahorrarle dinero. Una prueba de titulación comprueba el número de anticuerpos contra una enfermedad o virus concretos en el torrente sanguíneo de su perro. Si los anticuerpos están presentes o tienen un número elevado, indica que hay inmunidad a la enfermedad, y probablemente no sea necesaria la vacunación.

Algunos veterinarios presionan para que las vacunas se apliquen antes de que el cachorro haya desarrollado naturalmente su propia inmunidad a una enfermedad. Como las vacunas son una gran parte de los ingresos de los veterinarios, debes comprobar que la vacuna es realmente necesaria, ya que algunos veterinarios abusan de este sistema de forma poco ética.

Las tres enfermedades contra las que se vacuna a los cachorros a las nueve semanas aproximadamente son el moquillo canino, el adenovirus canino y el parvovirus canino. Cada una de ellas suele requerir tres vacunaciones con algunas semanas de diferencia para garantizar una protección completa.

Las vacunas tempranas a veces tampoco son aconsejables, ya que su eficacia disminuye. La mayoría de las vacunas administradas en un cachorro de menos de nueve semanas no suelen ser eficaces. Sin embargo, algunas vacunas más recientes, como GiardiaVax para la giardia, pueden administrarse en cachorros de tan solo ocho semanas.

A la hora de elegir qué vacuna poner y qué eliminar, la investigación es clave para saber exactamente a qué se expone su perro y qué exige la ley.

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