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La colitis canina se produce cuando el revestimiento del intestino grueso se inflama. La colitis en los perros puede ser aguda o crónica y puede estar causada por virus, hongos, bacterias o parásitos intestinales. El intestino grueso también se conoce como colon y es donde se almacenan las heces antes de ser eliminadas. Si el intestino delgado está infectado, el perro tiene enteritis; si tanto el intestino delgado como el grueso están infectados, el perro tiene enterocolitis. La colitis en los perros puede diagnosticarse mediante el análisis de sangre TLI o mediante otras pruebas.
Causas de la colitis canina
La colitis puede ser causada por bacterias o virus, que pueden ser ingeridos cuando el perro come de la basura. Los parásitos que se alojan en el intestino también pueden irritar el revestimiento del colon. La colitis o la enterocolitis pueden ser una enfermedad secundaria de enfermedades como el cáncer o la pancreatitis. Un perro alérgico a ciertos ingredientes alimentarios también puede tener el revestimiento intestinal inflamado. Los perros estresados son más propensos a la colitis.
Síntomas de la colitis
La colitis en los perros puede ser señalada por los siguientes signos:
- Diarrea; las heces son muy líquidas y a menudo pueden contener moco o incluso sangre
- Incontinencia
- Falta de apetito
- Dolor abdominal
- Pérdida de peso
- Deshidratación
- Letargo
La colitis aguda puede no ser nada preocupante, pero si la condición es crónica, esto puede indicar que el perro tiene una enfermedad más grave.
Diagnóstico de la colitis canina
Si su perro muestra algún síntoma de colitis, debe consultar al veterinario y obtener un diagnóstico adecuado. El diagnóstico se puede hacer a través de análisis de sangre, orina y heces; hay que determinar la causa de la colitis.
La prueba de sangre de inmunorreactividad similar a la tripsina (TLI) se utiliza a menudo para diagnosticar la colitis. El tripsinógeno es una proenzima segregada por el páncreas; ésta llega al intestino del perro. Cuando llega al intestino delgado, se transforma en tripsina, que ayuda a la digestión de las proteínas. Si el perro está sano, una cantidad de tripsinógeno se libera en la sangre y aparecerá en la muestra de sangre, siendo detectable a través de la prueba TLI.
El perro debe estar en ayunas antes de realizar la prueba. Si el perro ha comido recientemente, la cantidad de inmunorreactividad similar a la tripsina puede estar ligeramente aumentada y puede parecer normal.
Aunque la prueba TLI dará resultados fiables, el veterinario puede optar por realizar también otras pruebas para determinar la causa de la colitis. La prueba TLI sólo indicará si el colon está inflamado. La ecografía o las radiografías pueden mostrar si hay tumores. El veterinario también puede realizar una biopsia o una colonoscopia.
Otros usos de la prueba TLI
La prueba TLI se utiliza para evaluar la salud del páncreas o para diagnosticar afecciones como la insuficiencia pancreática exocrina o la pancreatitis (la inflamación del páncreas).
Opciones de tratamiento de la colitis
El tratamiento de la colitis varía según la causa de la inflamación. El tratamiento puede incluir desparasitantes para los parásitos, antibióticos para los virus, bacterias u hongos, o medicación antiinflamatoria.
Hay que modificar la dieta del perro hasta que deje de tener diarrea. Alimente a su perro con un alimento bajo en grasas y con alto contenido en fibras.
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