Trastorno del apego en los perros

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Los perros con trastorno de apego probablemente han sido maltratados o privados de apego o vinculación en las primeras semanas o meses de vida. Los perros con trastorno del apego pueden mostrar un gran número de comportamientos, como hiperactividad, pueden ser destructivos, comer demasiado o muy poco, volverse pegajosos o incapaces de establecer vínculos con sus dueños, y pueden ser impulsivos. Hay formas de tratar el trastorno del apego en los perros, pero como propietario de una mascota, debe aprender a tener paciencia y estar preparado para involucrar a toda la familia (y a un entrenador profesional) en el proceso de tratamiento.

La mejor opción de tratamiento

Los perros con trastorno de apego no son una causa perdida. Con paciencia y un buen adiestrador, su mascota puede superar el trastorno de apego. Cuando los perros son cachorros, normalmente entre las 4 y las 14 semanas de edad, aprenden ciertas habilidades sociales y se vinculan con su madre, los humanos y los compañeros de camada. Si este periodo no llega a producirse, es decir, si un cachorro ha sido separado de su camada y puesto en aislamiento (en jaula o de otro modo), se habrá perdido el periodo de socialización positiva necesario para establecer el vínculo y convertirse en una buena mascota.

Un perro adulto que no ha tenido suficiente interacción con una variedad de humanos cuando era cachorro será demasiado tímido o demasiado dominante, lo que hará que sea difícil de adiestrar. En estos casos, los propietarios deben contratar a un adiestrador profesional. Si la mascota es aún muy joven, puede ser posible adiestrarla con una ayuda limitada de un profesional. Sin embargo, el primer paso en cualquiera de los casos es programar una consulta con un veterinario o un adiestrador profesional para evaluar la gravedad de la situación. En la mayoría de los casos, el veterinario o el adiestrador sugerirán una terapia de modificación del comportamiento.

Terapia de modificación del comportamiento

Si la mascota es tímida, el adiestrador intentará socializarla de varias maneras. Hará que la mascota participe en situaciones sociales con otras mascotas a diario. Observará el comportamiento de la mascota y utilizará el refuerzo positivo cuando el perro haga progresos. En el caso de los perros tímidos, el adiestrador también hará que la mascota interactúe con diversos seres humanos y utilizará la misma técnica para reforzar el comportamiento positivo y premiar los progresos.

En los casos de perros dominantes y destructivos, el camino del tratamiento puede ser un poco diferente. Dado que estas mascotas se consideran imprevisibles, el adiestrador trabajará con la mascota de forma individual hasta que sienta que el perro está preparado para interactuar con otras mascotas. Esto puede llevar semanas de adiestramiento y, en casos graves, meses. Una vez que se considere que la mascota es segura, el adiestrador utilizará las mismas técnicas que emplearía con una mascota con trastorno de apego.

Hacer su parte

Cuando su mascota ya no esté en manos del adiestrador, le corresponde a usted continuar donde él lo deja. Esto significa que debe seguir reforzando el buen comportamiento con refuerzos positivos. El refuerzo positivo en forma de respuestas verbales, como «Buen chico», y físicas, como abrazos y besos, es fundamental para que su mascota se recupere. Una golosina para el perro aquí o allá tampoco puede hacer daño.

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