Síntomas de la mielopatía degenerativa canina

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La mielopatía degenerativa canina es una enfermedad progresiva de la médula espinal. Es más común en los pastores alemanes, aunque puede darse en otras razas grandes. No hay forma de detener el progreso de la enfermedad, pero los veterinarios creen que un manejo adecuado puede ayudar a ralentizar la progresión de la mielopatía degenerativa en los perros. Esto es lo que debe saber sobre la mielopatía degenerativa canina y sus síntomas.

Causas de la mielopatía degenerativa en perros

Los veterinarios no saben qué causa la mielopatía degenerativa. Suele aparecer en pastores alemanes de entre 5 y 14 años. Los setters irlandeses, los caniches estándar, los pastores belgas y los bóxers son algunas de las otras razas grandes que han sucumbido a la mielopatía degenerativa.

Síntomas de la mielopatía degenerativa en perros

La mielopatía degenerativa es una enfermedad progresiva, lo que significa que los perros se van debilitando poco a poco a lo largo de un periodo de cuatro a seis meses tras el diagnóstico. La mielopatía degenerativa suele afectar primero a las patas traseras, pero la debilidad muscular puede extenderse también a las patas delanteras.

Si su perro desarrolla una mielopatía degenerativa, sus patas traseras parecerán debilitarse lentamente. Puede tener problemas para ponerse de pie o saltar. Sus uñas pueden arrastrarse cuando camina, y los dedos de sus pies pueden adoptar una apariencia de nudillos. Los dedos interiores de las patas traseras pueden irritarse o inflamarse, ya que su perro se esfuerza por equilibrar su peso sobre las patas traseras.

Los perros con mielopatía degenerativa pueden empezar a tropezar con frecuencia a medida que se debilitan progresivamente debido al daño nervioso. Sus patas traseras pueden temblar y pueden experimentar una pérdida muscular en las patas traseras a medida que estos músculos se atrofian. Finalmente, los perros con mielopatía degenerativa pierden el control de la vejiga y los intestinos. A medida que la enfermedad entra en su fase final, los síntomas de debilidad, temblores y tropiezos empiezan a afectar también a las patas delanteras.

Manejo de la mielopatía degenerativa en perros

No hay cura para la mielopatía degenerativa canina, y el mejor tratamiento que se puede esperar es ralentizar la progresión de la enfermedad. Usted puede ayudar a controlar la mielopatía degenerativa canina de su perro administrando suplementos nutricionales diseñados para ralentizar la progresión de la enfermedad. Una dieta especial a base de arroz, verduras, carne de cerdo y tofu puede ayudar a algunos perros a evitar los síntomas de la mielopatía degenerativa durante más tiempo. El ejercicio suave, como la natación y los paseos, así como la fisioterapia, pueden ayudar a frenar la progresión de la mielopatía degenerativa canina.

Su perro también tendrá que ser atendido a medida que la enfermedad progrese. Mantenga a su perro lo más limpio y seco posible, especialmente después de que se produzca la incontinencia urinaria y fecal, ya que la incontinencia pone a su perro en riesgo de sufrir lesiones, úlceras e infecciones cutáneas secundarias. Utilice alfombras y moquetas en su casa para ayudar a dar a su perro la tracción que necesitará cuando esté de pie, sentado y caminando con la mielopatía degenerativa. Una toalla de baño, enrollada y envuelta bajo el centro de su perro, constituye un práctico cabestrillo que puede utilizar para ayudar a soportar el peso de su perro mientras camina.

La mayoría de los perros con mielopatía degenerativa deben ser eutanasiados en los 12 meses siguientes al diagnóstico.

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