¿Pueden los perros contraer la enfermedad de Lyme?

La enfermedad de Lyme es una enfermedad bacteriana causada por tres tipos de bacterias: la espiroqueta, Borrelia borgdorferi y Borellia afzelii. Las garrapatas son el vector de esta enfermedad. Las garrapatas de ciervo infectadas llevan la bacteria en su estómago y cuando muerden a humanos y animales, la bacteria se transmite e infecta el cuerpo. Como las garrapatas son uno de los parásitos externos que infestan a un perro, es muy probable que un perro pueda ser infectado con la bacteria que causa la enfermedad de Lyme. Al igual que los humanos, los perros también pueden contraer la enfermedad de Lyme.

Las garrapatas son pequeños ectoparásitos que viven de la sangre de humanos y animales. Las garrapatas son vectores de un número de enfermedades que incluyen la fiebre de garrapatas de Colorado, la fiebre Q, la tularemia y la enfermedad de Lyme. La enfermedad de Lyme se considera la más común de estas enfermedades. Aunque no todas las garrapatas están infectadas, se observa una alta concentración de la enfermedad en California, en las regiones altas de Mississippi, en los estados del noreste y en algunos estados del sur de los Estados Unidos.

Hay tres etapas en la vida de una garrapata: la larva, la ninfa y la etapa adulta. Las garrapatas son parásitos bastante extraordinarios ya que sólo tendrá una comida de sangre para cada etapa. Cada etapa requerirá un huésped diferente. Una garrapata se alimentaría de la sangre de un animal infectado, comúnmente un ciervo o un ratón de patas blancas, que se consideran el principal reservorio de la bacteria que causa la enfermedad de Lyme. La garrapata se infectará y será capaz de transmitir la bacteria a los humanos y animales. Es durante la etapa ninfal que la garrapata será capaz de transmitir la bacteria. La garrapata debe estar adherida al huésped durante 48 horas para poder transmitir la bacteria Borelia burgdorferi.

En los seres humanos, el signo revelador de la enfermedad es la clásica erupción de anillo en expansión que es muy similar a un ojo de buey debido a la alternancia de anillos oscuros y claros. Este sarpullido aparecerá unos días después de que la persona sea picada por una garrapata infectada. La persona tendrá síntomas parecidos a los de la gripe. Si no se controla y se trata, la fiebre, el dolor de garganta y los dolores musculares pueden desaparecer en unos días, pero problemas más graves pueden aparecer unos meses después. En los perros, una enfermedad de Lyme sin tratar puede ser la causa de la muerte de la mascota. La enfermedad de Lyme en los caninos es difícil de diagnosticar debido a los síntomas engañosos. En algunos casos, el perro estaría muy enfermo pero se recuperaría después de un día. El sello distintivo de esta enfermedad es la inflamación de las articulaciones. El perro puede estar favoreciendo una pierna dolorida y parecer rígido pero no realmente enfermo para preocupar a los dueños. Sin embargo, el perro se enfermaría de nuevo en los días siguientes. El perro desarrollará fiebre alta, tendrá los nódulos linfáticos inflamados. Debido a la hinchazón de las articulaciones, el perro sufrirá un dolor insoportable. El movimiento se verá obstaculizado. La pérdida de apetito y la insuficiencia renal acabarán provocando la muerte del perro.

Los síntomas de la enfermedad de Lyme canina pueden imitar los síntomas de otras enfermedades. Por lo tanto, sería mejor llevar a la mascota a una instalación veterinaria para el diagnóstico adecuado. Un veterinario comúnmente realizaría un examen físico para buscar los signos clínicos. Un análisis de sangre puede ser necesario para determinar la presencia de la bacteria que causa la enfermedad. La enfermedad de Lyme canina es comúnmente tratada con antibióticos durante tres o cuatro semanas. El perro debe mostrar signos de recuperación unos días después de que se haya iniciado el tratamiento. Esta enfermedad puede prevenirse si se quita la garrapata de una vez antes de que pueda transmitir la enfermedad. Sin embargo, esto puede ser bastante difícil dado el tamaño muy pequeño del parásito. La vacunación contra la enfermedad se considera el método preventivo más eficaz.