La enfermedad de Lyme canina

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La enfermedad de Lyme canina es una enfermedad infecciosa transmitida por las garrapatas. Está causada por un tipo de bacteria conocida como Borrelia burgdorferi. La enfermedad la transmiten las garrapatas de los ciervos, y es más común en los estados costeros del este.

Transmisión de la enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme canina es transmitida por las garrapatas del ciervo. La enfermedad se propaga cuando la garrapata infectada pica a su huésped, ya sea un perro, un ciervo, un humano u otro animal. Sin embargo, la garrapata debe alimentarse de su huésped durante 48 horas antes de que la bacteria tenga tiempo de propagarse. Si la garrapata se desprende antes de que pasen las 48 horas, la bacteria no puede propagarse al perro.

De hecho, las investigaciones indican que los perros no son extremadamente susceptibles a la enfermedad de Lyme. La enfermedad de Lyme canina afecta a un diez por ciento de los perros expuestos a B. burgodorferi.

Los perros infectados pueden suponer un riesgo para sus familias, pero sólo porque sus garrapatas pueden transmitir la enfermedad a los humanos de la casa.

Síntomas de la enfermedad de Lyme en caninos

La enfermedad de Lyme canina suele aparecer entre dos y cinco meses después de que los perros se expongan a la bacteria. Los síntomas de la enfermedad de Lyme en los perros son diferentes de los síntomas de la enfermedad de Lyme en los humanos. Los síntomas más comunes de la enfermedad de Lyme en los perros son:

• Fiebre de 103-105 grados F
• Cojera intermitente que puede parecer que se desplaza de una pata a otra
• Hinchazón de las articulaciones y de los ganglios linfáticos
• Letargo
• Pérdida de apetito

Las complicaciones de la enfermedad de Lyme canina pueden incluir insuficiencia renal, enfermedad cardíaca y daños en el sistema nervioso.

Diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Lyme en perros

Un análisis de sangre puede diagnosticar la enfermedad de Lyme en los perros. Sin embargo, un análisis de sangre positivo no significa necesariamente que su perro tenga la enfermedad de Lyme. El análisis de sangre detecta los anticuerpos de la enfermedad. Muchos perros están expuestos a la bacteria que causa la enfermedad de Lyme, pero consiguen combatirla por sí mismos; por tanto, un análisis positivo sólo significa que tu perro ha estado expuesto a B. burgodorferi en algún momento del pasado.

Para diagnosticar un caso activo de la enfermedad de Lyme canina, el veterinario se basará en los resultados de los análisis de sangre, el historial de exposición a garrapatas de tu perro, los síntomas de tu perro y la respuesta de éste al tratamiento con antibióticos. Los perros que padecen la enfermedad de Lyme deberían responder al tratamiento en 48 horas.

Los veterinarios tratan la enfermedad de Lyme con medicamentos antibióticos. Tetraciclinas o medicamentos a base de penicilina como la amoxicilina. El tratamiento suele durar de 14 a 30 días. Algunos perros, sin embargo, pueden necesitar la medicación durante más tiempo y, en raros casos, la infección se vuelve crónica.

Prevención de la enfermedad de Lyme en perros

La enfermedad de Lyme en perros puede prevenirse con el uso de una vacuna. Incluso los perros que ya han estado expuestos a la bacteria de la enfermedad de Lyme siguen estando en riesgo de infección y deben ser vacunados.

El control de las garrapatas en tu perro también puede contribuir en gran medida a la prevención de la enfermedad de Lyme canina. Utiliza mensualmente un repelente tópico de pulgas y garrapatas para asegurarte de que tu perro permanece libre de garrapatas. Si no utilizas un repelente de este tipo, revisa a tu perro a diario en busca de garrapatas. Elimine las garrapatas asfixiándolas con una gota de aceite vegetal, arrancándolas del perro con unas pinzas y dejándolas caer en un frasco de agua jabonosa.

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