Guía del sistema inmunitario canino

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El sistema inmunitario canino es el centro de mando de las tropas defensivas del perro. Este sistema escanea las moléculas de objetos extraños (antígenos) en el cuerpo de un perro y establece un curso para eliminarlos.

Sistemas innato y adaptativo

Los perros tienen dos divisiones dentro de su sistema inmunitario basadas en su función: los sistemas innato y adaptativo.

El sistema inmunitario innato está en la vanguardia de las defensas del perro. Son como los guardianes del cuerpo del perro y trabajan duro para mantener fuera las moléculas extrañas. Esta división del sistema inmunitario no cambia su reacción a los invasores después de múltiples exposiciones. Las partes del cuerpo del perro que forman parte de este sistema inmunitario innato son las mucosas, la piel, las sustancias químicas de la saliva y los ácidos del estómago.

El sistema inmunitario adaptativo es como la división de operaciones especiales de un perro que combate a invasores específicos. El sistema adaptativo cambia sus métodos tácticos en función del tipo de sustancia que invade el cuerpo del perro. Los agentes de este sistema defensivo se comunican entre sí, conservan una memoria de las sustancias extrañas y cambian sus métodos de combate en función de esos recuerdos o de los cambios que hayan hecho los invasores.

Los sistemas inmunitarios innato y adaptativo trabajan juntos. Afortunadamente, el sistema innato, que es el primero en la línea, detiene a los invasores, por lo que el perro no sufre ninguna enfermedad. Sin embargo, si un invasor supera el sistema innato, el sistema adaptativo trabaja como equipo de apoyo para ayudar al perro a recuperarse de la enfermedad que le ha atacado.

Células del sistema inmunitario del perro

Un perro tiene agentes especiales, células, en su sistema inmunológico que tienen funciones especiales: monocitos, macrófagos, granulocitos y linfocitos.

Los monocitos y los macrófagos son células que comienzan en la médula ósea de un perro y viajan en el cuerpo. Los monocitos viajan al torrente sanguíneo del perro y los macrófagos van a los tejidos. Estas células matan y digieren antígenos y dan información sobre los invasores a otras células.

Los granulocitos tienen muchas formas diferentes y forman parte del sistema inmunitario innato. También viajan desde la médula del perro hasta el torrente sanguíneo y los tejidos, encuentran un antígeno y lo matan y digieren. Sin embargo, los granulocitos no comparten información sobre el invasor con otras células.

Los linfocitos son las fuerzas entrenadas dentro del sistema inmunitario. A medida que maduran, son entrenados para proteger mejor la zona del cuerpo a la que serán asignados.

Desarrollo de la inmunidad canina

Un perro puede desarrollar su inmunidad de dos maneras diferentes. En primer lugar, el sistema inmunitario de un perro se crea cuando se expone a un antígeno a causa de una infección o una vacuna. Cuando esto ocurre, el cuerpo del perro crea inmunidad a un antígeno por sí mismo y crea anticuerpos a lo largo de la vida del perro, un proceso llamado inmunidad activa.

Cuando se administran defensas a un perro, esto se llama inmunidad pasiva. Ejemplos de ello son los trasplantes de médula ósea o los anticuerpos que los cachorros reciben de sus madres antes de nacer.

El sistema inmunológico canino es complejo y extremadamente organizado. Cuando este sistema no está coordinado puede producirse una enfermedad autoinmune o una reacción negativa. Es importante que el perro esté en buena condición física para que su inmunidad se mantenga fuerte.

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