Enfermedad hepática crónica en perros

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La enfermedad hepática crónica en los perros suele producirse cuando el hígado sufre daños, a menudo debido a una infección o a la exposición a toxinas. Los veterinarios no tienen un tratamiento específico para la enfermedad hepática crónica en perros. El tratamiento puede variar dependiendo de la condición individual de su perro. Siga leyendo para saber más sobre los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad hepática crónica en perros.

Causas de la enfermedad hepática canina

La enfermedad hepática en los perros puede ocurrir por una serie de razones. Las infecciones bacterianas y víricas del hígado o de otros órganos del cuerpo pueden dañar el tejido hepático de su perro, provocando una reducción de la función hepática. Algunas razas son más propensas a las enfermedades hepáticas que otras, como los Terrier y los Cocker Spaniel. La endogamia puede contribuir al daño hepático en los perros.

Otras causas de la enfermedad hepática canina incluyen:

• La exposición a toxinas, incluidos los aditivos alimentarios para perros, los pesticidas y ciertos medicamentos recetados
• Lesión en el hígado
• Desnutrición
• Uso excesivo de vacunas
• Acumulación de cobre en el hígado, causada por la enfermedad de almacenamiento de cobre

A menudo, si la enfermedad hepática se detecta y se trata con la suficiente antelación, el daño en el hígado de su perro puede revertirse. Si no, el daño al hígado puede ser permanente y puede producirse una enfermedad hepática crónica. El hígado de su perro puede seguir funcionando incluso si hasta el 70% de su tejido hepático está dañado; más que eso, y puede producirse una insuficiencia hepática.

Síntomas de la enfermedad hepática crónica en perros

Los síntomas iniciales de la enfermedad hepática canina suelen ser vagos. Suelen incluir diarrea y vómitos. Puede haber una disminución del apetito y pérdida de peso. Su perro puede mostrar una sed excesiva y empezar a orinar con más frecuencia.

A medida que la enfermedad hepática progresa, se forma tejido cicatricial en el hígado, lo que lleva a una condición conocida como cirrosis, o enfermedad hepática crónica. Una vez que la cirrosis se ha establecido, el daño hepático no puede ser revertido. Su perro puede sufrir una insuficiencia hepática si más del 70% de su hígado queda cicatrizado.

Los perros con enfermedad hepática crónica suelen retener líquidos y pueden desarrollar hinchazón en el abdomen. El abdomen podría ser doloroso si el hígado está inflamado. Los perros con enfermedad hepática crónica suelen desarrollar ictericia, una condición en la que el blanco de los ojos, las membranas de la boca y la piel adquieren un tono amarillento. Su perro también puede parecer deprimido y apático, puede pasearse o dar vueltas inquieto y puede empezar a sangrar internamente.

Tratamiento de la enfermedad hepática crónica en perros

El plan de tratamiento de su perro dependerá de su condición individual. Su veterinario puede prescribir medicamentos esteroides para ayudar a reducir la inflamación en el hígado; los antibióticos y otros medicamentos pueden ser necesarios para tratar la infección. Si su perro retiene líquidos, los medicamentos diuréticos pueden ayudar. Los perros afectados por la enfermedad de almacenamiento de cobre pueden necesitar fármacos como el acetato de zinc para ayudar a eliminar el cobre del hígado.

Los cambios en la dieta suelen ser necesarios para ayudar a la función hepática en perros con enfermedad hepática crónica. Su veterinario le hará recomendaciones específicas, dependiendo de la extensión y gravedad del daño hepático de su perro, así como de sus causas. Los suplementos nutricionales también pueden ayudar a mantener la función hepática de su perro.

Aunque la enfermedad hepática crónica puede acortar la vida de tu perro, un tratamiento adecuado y unos cuidados de apoyo pueden garantizar que siga disfrutando de una alta calidad de vida durante años después del diagnóstico.

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