Cirugía de derivación hepática para perros

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Descubra por qué la cirugía sigue siendo la mejor opción para tratar una derivación hepática canina.Descubra las razas más susceptibles a esta condición, los síntomas clave, las restricciones dietéticas antes de la cirugía y los métodos quirúrgicos comunes.

Derivación hepática en caninos

Las derivaciones hepáticas caninas se producen cuando un vaso sanguíneo importante se salta el hígado. La función del hígado es eliminar las toxinas y las bacterias del torrente sanguíneo antes de que la sangre viaje a otros órganos.En algunos casos, la sangre se salta la filtración del hígado causando graves problemas de salud.

En el útero, un cachorro recibe sangre a través de la derivación hepática. Como el hígado de la madre filtra la sangre, la función de la derivación hepática es simplemente hacer llegar esa sangre al corazón del cachorro. En algunos casos, la derivación no se cierra después del nacimiento. Cuando esto ocurre, es probable que haya desnutrición e infecciones.

Los síntomas de las derivaciones hepáticas incluyen:

• Depresión

• Diarrea

• Desorientación

• Aumento de peso

• Letargo

• Convulsiones

• Crecimiento lento

• Vómitos

Debido a que estos síntomas aparecen con muchas otras enfermedades, su veterinario tendrá que hacer pruebas para descartar enfermedades similares. Las derivaciones hepáticas suelen detectarse mediante pruebas de la función hepática y radiografías abdominales para comprobar el tamaño del hígado.

Las derivaciones hepáticas pueden aparecer como un defecto de nacimiento o desarrollarse más tarde en la vida. Es muy importante conocer los síntomas.La mayoría de los perros sobreviven a la cirugía de derivación hepática sin complicaciones duraderas.Cuanto antes se trate su perro, mejores serán sus probabilidades de supervivencia.

Razas susceptibles a las derivaciones hepáticas

Hay muchas razas susceptibles de sufrir derivaciones hepáticas. Entre ellas se encuentran muchas razas de juguete, en particular:

• Yorkshire Terriers

• Pastores australianos

• Loberos irlandeses

• Labradores

Corrección quirúrgica de una derivación hepática

Antes de la cirugía, la dieta del perro debe cambiarse a una dieta baja en proteínas y se administran medicamentos para eliminar cualquier infección. Como las bacterias y las toxinas crecen mejor con niveles altos de proteínas, es necesario reducirlas. Si esto mejora la salud del perro, se puede omitir la cirugía. En la mayoría de los casos, la cirugía para cerrar la derivación hepática es necesaria.

El objetivo de un cirujano veterinario es encontrar la ubicación de la derivación hepática y sellarla. Una vez que esto ocurre, la sangre vuelve a fluir hacia el hígado. Este procedimiento es más arriesgado porque el vaso sanguíneo principal del hígado puede requerir tiempo para abrirse adecuadamente. El estrés en el hígado es problemático porque el hígado debe pasar de no funcionar a funcionar en cuestión de minutos.

Es importante saber que la cirugía sólo puede cerrar parcialmente la derivación. Es difícil cerrar completamente el shunt cuando el hígado no se ha desarrollado correctamente. A pesar de ello, el cierre parcial resulta ser un tratamiento eficaz en 8 de cada 10 perros.

Muchos veterinarios prefieren utilizar un Constrictor Ameroide. Este dispositivo se coloca alrededor del vaso sanguíneo y se estrecha lentamente durante un período de cinco semanas. Esto le da tiempo al hígado para que acepte el flujo sanguíneo y comience a funcionar correctamente. La tasa de éxito de las cirugías con el constrictor Ameroid es del 95%.

Tras la cirugía de derivación hepática, los perros deben seguir una dieta baja en proteínas durante dos meses. Si el hígado funciona bien, se levanta la restricción dietética. Si el hígado funciona, se levanta la restricción dietética. Si no, la función hepática se volverá a examinar en unos meses y el perro deberá seguir con una dieta baja en proteínas.

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