Bursitis en perros

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La bursitis es la infección de las bursas, que son pequeños sacos que contienen fluidos y se encuentran en las articulaciones de varias zonas del cuerpo. Esta enfermedad es muy dolorosa y puede afectar a la capacidad de movimiento de la mascota. La enfermedad puede tratarse, pero si se vuelve crónica, el perro necesitará una intervención quirúrgica.

Causas de la bursitis en los perros

La bursitis puede estar asociada con infecciones que entran en el torrente sanguíneo, pero más comúnmente, las causas de esta condición incluyen:

• Traumatismos
• Lesiones en los huesos

La bursitis puede estar relacionada con algunas condiciones autoinmunes y la inflamación de la bursa puede ser causada por algunas células inflamatorias producidas por el sistema inmunológico.

Los perros obesos están más expuestos a desarrollar bursitis.

En algunos casos, las causas de la bursitis se consideran idiopáticas (desconocidas).

Síntomas de la bursitis en perros

Una bursa es un saco lleno de líquido que puede estar situado en las articulaciones (por ejemplo, hombros o rodillas). Las bursas están cubiertas de tejido conectivo y estos sacos reducen la fricción entre los huesos y los tendones. Uno o varios de estos sacos pueden infectarse e inflamarse. Los síntomas dependerán del saco que esté afectado. Sin embargo, se pueden detectar algunos síntomas como:

• Incapacidad de movimiento (cojera, si está afectada la bolsa situada en las rodillas)
• Falta de apetito, debido al dolor
• Lamido de las articulaciones afectadas
• Irritabilidad y cambios de comportamiento
• Hinchazón de las articulaciones, en algunos casos, los sacos pueden sentirse bajo la piel del perro

En algunos casos, las bursas pueden romperse y drenar. El líquido puede acumularse bajo la piel y causar protuberancias.

La bursitis puede ser aguda o crónica. La condición puede volverse crónica si el perro utiliza sus articulaciones afectadas o realiza movimientos excesivos que involucran las articulaciones afectadas.

Diagnóstico de la bursitis en perros

La bursitis puede detectarse examinando al perro. También se necesitará una muestra del líquido de la bursa, que se analizará para establecer si el perro está afectado por una infección bacteriana.

Opciones de tratamiento para la bursitis del perro

El perro puede recibir un tratamiento con medicamentos, que puede incluir:

• Antibióticos, si el perro está afectado por una infección. Los resultados de la prueba de aspiración de líquidos dictarán los mejores tipos de antibióticos
• Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como la aspirina o el ibuprofeno
• Esteroides, como la prednisona, que se elegirán si el perro no responde al tratamiento con AINE o si la afección está relacionada con una enfermedad autoinmune. El tratamiento también tendrá un impacto en el sistema inmunitario y detendrá la producción de las células inflamatorias

El perro también debe descansar y pasar más tiempo en la cama. También se pueden aplicar masajes para reducir el tamaño de la bursa afectada. Si la afección es grave y el perro no responde al tratamiento farmacológico o la afección se vuelve crónica, el perro necesitará una intervención quirúrgica.

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