octubre 20, 2018

Bloqueo o dilatación estomacal en perros

Dilatación gástrica y síndrome de vólvulo en perros

El síndrome de dilatación gástrica y vólvulo (GDV, por sus siglas en inglés), más comúnmente conocido como torsión gástrica o hinchazón, es una enfermedad en perros en la que el estómago del animal se dilata y luego gira, o gira, alrededor de su eje corto. Como consecuencia de esta rotación gástrica, se pueden presentar varias condiciones de emergencia, incluyendo distensión progresiva del estómago, aumento de la presión dentro del abdomen, daño al sistema cardiovascular y disminución de la perfusión. La perfusión es el proceso de entregar nutrientes a través de la sangre en las arterias a los tejidos del cuerpo. Una perfusión insuficiente puede causar daño celular e incluso la muerte de órganos.

Síntomas y tipos

Los síntomas del GDV incluyen comportamiento ansioso, depresión, dolor y distensión abdominal, colapso, babeo excesivo y vómitos hasta el punto de que se produce una sensación de tirantez seca improductiva. Un examen físico adicional también puede revelar latidos cardíacos extremadamente rápidos (conocidos como taquicardia), respiración dificultosa (conocida como disnea), pulso débil y membrana mucosa pálida (los tejidos húmedos que recubren los orificios del cuerpo, como la nariz y la boca).

Causas

Se desconocen las causas exactas del GDV. Una variedad de factores, incluyendo la genética, la anatomía y el medio ambiente, son los más probables culpables. Por ejemplo, se ha demostrado que los perros que tienen un primer pariente con antecedentes de VDG tienen un riesgo mayor. Además, los perros grandes y de razas gigantes pueden estar en mayor riesgo, especialmente las razas de pecho profundo como los grandes daneses, los pastores alemanes y los caniches estándar. Aunque el GDV ha sido reportado en cachorros, el riesgo aumenta con la edad.

Algunos de los factores que se cree que contribuyen al desarrollo del GDV incluyen la ingestión de cantidades excesivas de comida o agua, el retraso en el vaciado del sistema gastrointestinal y demasiada actividad después de comer. En algunos casos, los perros afectados por el GDV tienen antecedentes de problemas del tracto gastrointestinal. Cabe señalar, sin embargo, que estas características no se dan necesariamente en todos los casos.

Diagnóstico

Un método principal para diagnosticar el VCD son las técnicas de diagnóstico por imágenes, como las radiografías del abdomen. Otros exámenes pueden incluir un análisis de orina y el análisis de las concentraciones de la sustancia láctica en el plasma.

Si el GDV no es el culpable, otras posibles causas de los síntomas del paciente pueden incluir infección bacteriana, gastroenteritis (que es la inflamación del tracto gastrointestinal que afecta tanto al estómago como al intestino delgado), o «hinchazón de los alimentos» debido a comer en exceso.

Tratamiento

El GDV es una condición de emergencia que requiere que los pacientes sean hospitalizados y tratados agresivamente. Si los problemas cardiovasculares secundarios son aparentes, necesitarán ser tratados inmediatamente. Después de estabilizar el corazón, se puede realizar la descompresión gástrica, preferiblemente con intubación orogástrica, un proceso por el cual se inserta un tubo a través de la boca del paciente hasta el estómago. Después de que estos procesos se completan y el paciente se estabiliza, se pueden tomar medidas quirúrgicas para devolver los órganos internos (como el estómago y el bazo) a sus posiciones normales. Es posible que se necesite tratamiento adicional para tratar cualquier daño en los órganos. Una gastropexia permanente, en la cual el estómago del paciente es asegurado quirúrgicamente para prevenir futuras rotaciones inadecuadas, puede ser realizada para prevenir la recurrencia del GDV.

Vivir y gestionar

El cuidado general después del tratamiento inicial incluye la administración de analgésicos, junto con cualquier otro medicamento necesario. La actividad debe ser restringida por aproximadamente dos semanas, especialmente después de la cirugía.

Prevención

Aunque se desconocen las causas exactas del GDV, hay una serie de factores de riesgo que pueden abordarse, a saber, evitar el ejercicio extenuante después de comer y beber. Reducir la tasa de consumo de alimentos también puede ayudar, así como alimentar frecuentemente porciones pequeñas, en lugar de porciones más grandes y poco frecuentes.

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