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Los perros se ven afectados por diferentes tipos de alergias, como las alergias estacionales al polen y las hierbas o las alergias alimentarias y de contacto. Para determinar el alérgeno culpable, es necesario realizar pruebas de alergia. Existen varios tipos de pruebas de alergia que pueden realizarse en función de la causa sospechada: pruebas, análisis de sangre y pruebas intradérmicas.
1. Pruebas de sangre
Los análisis de sangre son los más utilizados para detectar alergias en animales domésticos o humanos. Los análisis de sangre para detectar alergias pueden incluir:
Estas pruebas se realizarán con una muestra de sangre y los análisis revelarán la presencia de un determinado anticuerpo en la sangre del perro. Cuando el perro es alérgico a una sustancia, el sistema inmunitario produce un anticuerpo que es específico para cada sustancia en parte. Por ejemplo, si el polen es el alérgeno culpable, el perro producirá un anticuerpo IgE, que es específico para las alergias al polen.
Los análisis de sangre no dan resultados concluyentes en las alergias alimentarias o de contacto.
2. Prueba intradérmica
La prueba intradérmica puede aplicarse a los perros de los que se sospecha que tienen una alergia a los inhalantes. Las pruebas intradérmicas no son adecuadas para las pruebas alimentarias.
La prueba intradérmica se realiza inyectando unos cuantos alérgenos comunes bajo la piel del perro. Los alérgenos se diluyen y el veterinario puede marcar la piel del perro para saber qué alérgeno se ha inyectado en cada lugar. En las cinco horas siguientes a las inyecciones, el perro debería mostrar una reacción alérgica en el lugar donde se le inyectó el alérgeno culpable. Si no se produce ninguna reacción alérgica, se puede repetir la prueba utilizando un conjunto diferente de alérgenos hasta encontrar el correcto.
3. Ensayos o pruebas de eliminación
Si sospecha que hay algunos posibles alérgenos en el entorno de su perro, puede hacerle pruebas.
La eliminación del alérgeno sospechoso del entorno del perro reducirá los síntomas de su mascota. Sin embargo, debes saber que las reacciones alérgicas pueden seguir estando presentes hasta dos semanas después de que el perro deje de estar expuesto a un determinado alérgeno.
Este tipo de pruebas no es adecuado para detectar las alergias al polen, ya que el perro está constantemente en contacto con éste durante la primavera y el otoño. Sin embargo, puede darse cuenta de que su perro es alérgico al polen si sólo muestra reacciones alérgicas durante la temporada de polen.
Lo más habitual es que las pruebas de eliminación tengan éxito en la detección de alergias de contacto y alergias alimentarias.
En el caso de las alergias de contacto, hay que eliminar un posible alérgeno del entorno del perro (por ejemplo, el plástico o la lana) y vigilarlo.
Las pruebas alimentarias pueden ser más complicadas y largas. El perro comenzará las pruebas recibiendo una dieta que contenga sólo una fuente de proteínas y otra de fibras, y éstas no deben estar presentes en la dieta habitual del perro. El perro debe recibir esta dieta durante dos o cuatro semanas, y si no se produce ninguna reacción alérgica, se introducirá un nuevo ingrediente. Cada dos semanas se añadirá un nuevo ingrediente y se vigilará constantemente al perro. Si el perro empieza a mostrar una reacción alérgica, el alérgeno es el último ingrediente introducido.
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