Inflamación de la vejiga con pólipos en perros

Cistitis polipoide en perros

La cistitis polipoide es una afección marcada por una vejiga urinaria crónicamente inflamada y/o infectada. Esta enfermedad se caracteriza por protuberancias polipoides (redondas y carnosas) dispersas sobre la superficie de la vejiga. Estas protuberancias pueden provocar úlceras en el revestimiento de la vejiga urinaria, lo que a veces produce sangre en la orina.

Síntomas y tipos

• Sangre en la orina
• Micción frecuente
• Dificultad para orinar
• Obstrucción uretral por pólipos (la mascota deja de orinar y se pone muy enferma)
• Falta de apetito – no comer ni beber
• Infecciones recurrentes del tracto urinario

Causas

Los perros que sufren de infecciones crónicas del tracto urinario, o cálculos urinarios en la vejiga, tienen mayor riesgo de desarrollar cistitis polipoide.

Diagnóstico

Su veterinario realizará un examen físico completo, incluyendo un perfil químico sanguíneo, un conteo sanguíneo completo, un análisis de orina y un panel de electrolitos. Usted necesitará dar una historia completa de la salud de su mascota que conduzca a la aparición de los síntomas.

La cistoscopia (ir a la vejiga con una cámara pequeña) o la cistotomía (cirugía para abrir la vejiga) es esencial para obtener un diagnóstico de cistitis polipoide. La cistotomía o cistoscopia mostrará lesiones polipoides sanguinolentas sobre la superficie de la vejiga que no se pueden diferenciar visualmente del carcinoma de células transicionales (CTP), un cáncer grave de la vejiga. Será necesario realizar una biopsia (extirpación de tejido para su examinación) de los pólipos para su diferenciación y se obtendrá durante el procedimiento cistoscópico.

También será necesario cultivar una muestra de orina de la vejiga, que se extraerá por medio de un cateterismo estéril o en el momento de la cistoscopia. Otro procedimiento que se puede utilizar para extraer la orina de la vejiga es la cistocentesis, que utiliza una aguja para realizar la tarea, pero no se utilizará a menos que se haya descartado el TCC.

La cistografía de doble contraste y la cistografía de contraste positivo (ambos métodos utilizan la inyección de un tinte que aparece en el examen de rayos X) son los mejores métodos para examinar visualmente el interior de la vejiga. Este método puede revelar masas poliploides irregulares en la vejiga y/o una pared de la vejiga engrosada. Las imágenes por ultrasonido también se pueden utilizar para este propósito y pueden mostrar lesiones polipoides o masivas a lo largo del revestimiento de la vejiga.

Tratamiento

El tratamiento incluirá la extirpación de los pólipos, ya sea entrando a la vejiga a través del tracto urinario (cistoscopia) o abriendo quirúrgicamente la vejiga (cistotomía). Los pólipos se pueden extirpar individualmente utilizando uno de estos métodos. La extirpación quirúrgica parcial de la vejiga puede ser necesaria para extirpar el área afectada de la vejiga, y el tratamiento adicional de la causa subyacente de la inflamación crónica puede prevenir la recurrencia de los pólipos. Si una infección del tracto urinario está ocurriendo al mismo tiempo, esta condición también se resolverá con antibióticos, los cuales se prescribirán con base en un cultivo de orina y tejido de pólipo. Los antibióticos deben administrarse durante al menos cuatro a seis semanas.

Vivir y gestionar

Su veterinario programará una cita de seguimiento con usted de siete a diez días después de que haya comenzado la terapia antibiótica para cultivar la orina de su mascota. Una vez más, siete días después de que la terapia antibiótica haya terminado, la orina de su mascota debe ser removida por medio de cistocentesis (usando una aguja estéril) para el análisis de orina y el cultivo. Esto debe repetirse un mes después de que la terapia antibiótica haya terminado. Su veterinario querrá seguir el progreso de su perro examinando el tracto urinario por ultrasonido al mes, tres y seis meses después del tratamiento inicial. El pronóstico para esta condición es generalmente favorable.